La apuesta es que los productos de nuestras reflexiones abonen nuestras prácticas en un territorio concreto, con sujetos concretos, que estos actores se conviertan en actores liberadores. Es necesario hacer conectes y nexos alrededor de ciertas acciones, sin necesidad de homogenizar. El reto de la formación de una conciencia crítica, de la capacidad de hacer cosas diferentes, nos reta a conectarnos de otra manera.
En esa formación es importante aprender a conectar los diferentes temas, para construir articulaciones de los temas, para que esto se transforme en conocimientos colectivos más cualificados. Otro reto de la formación política, es construir coherencias entre la ética y la estética, entre contenidos y formas. Nos reta a asumir actitudes de escucha, de no descalificarnos, emprender o seguir en este camino de de- y re- construirnos, es necesario cambiar lo viejo, pero lo nuevo surge de lo viejo y en lo nuevo siempre hay algo de viejo.